En el lugar más recóndito de la isla, es donde está lo que estábamos buscando, un lugar solitario. Colocamos el camping y a vivir con la naturaleza. Allí disfrutamos de lo lindo, playa, aguas cristalinas, baños, aire puro y relax. Llevábamos acampados unos días cuando nuestra tranquilidad se esfumó. Empezaron a llegar una plaga de unas extrañas cucarachas voladoras que nos empezaron a no gustar y aunque no picaban, molestaban. Tuvimos que abandonar el lugar.
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